Hace varios años, siendo archivero de la Hermandad de la Santísima Vera Cruz de Sevilla, encontré un escrito sobre el enterramiento en la capilla de la Hermandad de Fray Sebastián de Jesús Sillero. Desde entonces he dedicado todo el tiempo que me ha sido posible a investigar su vida y su inconcluso proceso de santificación. Este blog, nace con el objetivo primordial de divulgar su vida y milagros, dando a conocer las investigaciones que he llevado a cabo y reuniendo todos los testimonios actuales, referentes a este Venerable Siervo de Dios. Ruego a los lectores que si conocen alguna noticia sobre él, la hagan llegar para su publicación, a través del correo: fraysebastiandejesussillero@gmail.com


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lunes, 6 de abril de 2020



OTRO LUNES SANTO, PERO MUY DISTINTO.

   Como ya sabéis, todos los Lunes Santos, cuando llega cuando llega el Milagroso Crucificado de la Vera Cruz a la Catedral, me subo al paso y cojo los dos ramitos de lirios que en la Capilla había puesto antes de salir a los pies del Cristo. Acompañado de los dos pajes que anteceden a su paso, me dirijo al coro de la Catedral y una vez que nos abren la cancela accedemos al mismo y los colocamos sobe la lápida que cubre el sepulcro donde reposan los restos de Fray Sebastián.  Seguidamente rezamos su oración y una vez terminada, volvemos raudos junto a nuestro Crucificado, que aún se encuentra dentro de la Catedral,  para continuar la estación de penitencia.
   Y habría sido así nuevamente, si no se hubiera metido por medio el dichoso coronavirus, pero como todos sabéis se ha suspendido los desfiles procesionales de Semana Santa y además estamos confinado en nuestros hogares sin poder salir a la calle.
   He estado hablando telefónicamente esta misma mañana con nuestro Hermano Mayor y hemos quedado en que una vez termine el confinamiento y podamos nuevamente salir a la calle, citaremos a toda la Junta de Gobierno y a todos los devotos que lo deseen, para ir a la Catedral con el ramo de lirios, que antes lo tendremos puestos a los pies de nuestro Milagroso Crucificado y ofrecérselo a Fray Sebastián como si fuera Lunes Santo.

sábado, 25 de agosto de 2018


NUESTRO PADRE JESÚS DEL CALVARIO
de Montalbán (Córdoba)

         En estos momentos, mientras escribo este posts, Jesús del Calvario, el  “Jesús de los Jesuses”, recorre las calles de Montalbán, como cada 25 años.

        Lamentablemente, no he podido desplazarme a esa bendita localidad de la campiña cordobesa, pero estoy siguiendo en directo a través de internet su recorrido fervoroso.

         Me emociona la devoción de tantos montalbeños, la de tantos peregrinos de las localidades cercanas y de otros puntos de España, que se han dado cita para rezar a los pies de tan devota Imagen.

         Me emociona enormemente, el contemplar la Imagen a la que tanta devoción tenía el Venerable Siervo de Dios Fray Sebastián de Jesús Sillero.

         Devoción heredada de sus padres y de toda su familia a Jesús del Calvario, que fue su norte y su guía durante su infancia y adolescencia, hasta que a los 22 años profesó como hermano lego en la Orden de Franciscanos Menores, del convento de San Antonio de Écija.   

         Tan grande era su devoción, que al tomar su nuevo nombre como religioso, al suyo de Sebastián, le añadió Jesús, por el Bendito “Jesús de los Jesuses”.

         Poco tiempo después, fue trasladado a diversos conventos franciscanos, no volviendo a ver más a su Jesús del Calvario.  Estoy convencido que siempre lo llevaba en su corazón y en sus oraciones.


foto: www.todocoleccion.net



martes, 3 de julio de 2018


FRAY SEBASTIÁN DE JESÚS SILLERO
Y LA
HERMANDAD DE LA SANTA VERA CRUZ DE SEVILLA


      No habría pasado siquiera un año desde que profesó en el convento de San Francisco de Écija, cuando fue trasladado a la Casa grande de San Francisco en Sevilla en 1687.
       Su oficio de limosnero le hizo tratar con todas las clases sociales de la ciudad, en unos casos para pedir y en otros muchos para dar.
        Desde entonces comenzó su fama de santidad.
      Por estas fechas Fray Sebastián empezó a curar con unas pequeñas cruces que él mismo hacía con las ramitas de un laurel centenario que estaba en el convento.
        A raíz de ello, comenzó su devoción al milagroso Crucificado de la Santa Vera Cruz.
        Pasaba las horas meditando ante la devota imagen.
        Le limpiaba el polvo con un suave plumero.
        Estaba pendiente para reponer el aceite de las veinticuatro lámparas de plata que alumbraban a la devota imagen.
        Se dice que cuidaba del Cristo.
       Pero no fue hasta 1712 cuando se inscribió como hermano de la Santa Vera Cruz.
        En el libro de asiento de hermanos comenzado el año de 1626, en el folio 205, aparece su inscripción, que según se aprecia en la foto adjunta es como sigue:

El Padre Fray Sebastián de Jesús Gómez Sillero, religioso lego de la Orden de Nuestro Padre San Francisco, en esta Casa Grande, se asentó por hermano de esta Santa Cofradía en 3 de Mayo de 1712”



       Es curioso cómo antepone Gómez a su primer apellido.  Igual que el hermano de su abuelo, conocido por Sebastián Gómez, según detalla Miguel López Romero en su estudio “Genealogía e historia de Fray Sebastián Sillero Pérez”.
      Cada día que pasaba, más se incrementaba tanto su devoción al Crucificado como su fama de caritativo volcado hacia el prójimo.
     Hasta llegaban personas de otras ciudades para tocar y pedir al hermanito Sebastián que remediara sus necesidades.
      Así hasta el año 1734 en que el día 15 de octubre de ese año, Dios decidió llevárselo a su presencia.
        La noticia de su muerte conmocionó a Sevilla.  Todos querían verlo, tocarlo y llevarse un trocito de su hábito. Tuvieron que depositar su cadáver dentro de la Capilla de la Santa Vera Cruz y cerrar las rejas para que se pudiera ver, pero no se pudiera acceder a él.  Se formaron grandes colas de personas que durante todo el día no cesaban de  presentarle sus respetos para despedirse de él.
       Luego, a medianoche, sin repiques de campanas, ni cantos fúnebres, ni más boato, tal como él dejó escrito en su testamento, su cuerpo fue depositado        en una de las bóvedas de la Capilla, “que estaba situada al lado del Evangelio, delante del hueco donde se hallaba un reja de la Capilla por la que toma luz del Claustro.”
        Cuando al día siguiente llegaron los oficiales de la Hermandad y vieron que se había utilizado una fosa que estaba reservada, hablaron con el Padre Guardián y éste les contó el entierro de Fray Sebastián,
     En el siguiente Cabildo de los Oficiales de la Cofradía, celebrado el 21 de octubre de 1734, se detalla en las actas todo lo anterior sobre la sepultura  de Fray Sebastián.
      Y en el Cabildo siguiente, del 6 de noviembre de 1734, se toma la siguiente decisión, según se detalla en las actas:

“de conformidad de los que se acordó en la Junta de 21 de octubre de este año sobre el Cuerpo de Fray Sebastián de Jesús Religioso lego de este Convento se preguntó al Sr. Don Pedro de Olazabal quien respondió a la Junta lo que había ocurrido para que la Comunidad lo hubiese enterrado en nuestra Capilla y enterado la Junta de todo se le dio al dicho Sr. Olazabal comisión para que secretamente hiciese una diligencia con el Padre Guardián de oficio a fin de poner los medios de que en ningún tiempo pueda la Comunidad, sacar dicho Cuerpo de la Capilla”

      Así se llegó a un acuerdo con la Comunidad por el que se acordaba que el cuerpo de Fray Sebastián siempre estaría en la Capilla de la Santa Vera Cruz.
         Pero  no contaron con los franceses…
      El día 2 de febrero de 1810 entraron las tropas napoleónicas en Sevilla, y faltando al acuerdo al que habían llegado con la Junta de Defensa, lo primero que hicieron fue tirar las puertas del Convento de San Francisco y echar a los religiosos para convertirlo en cuartel de las tropas de ocupación.
        La Hermandad apenas tuvo tiempo de retirar las imágenes, cuadros y objetos de valor, para guardarlas en otras iglesias y en casas de los principales hermanos.
        Pasados varios días, los franceses prendieron fuego al convento, que ardió en gran parte, incluida la Capilla de la Vera Cruz, convirtiéndolo todo en ruinas.
      Los hermanos, se organizaron para que todos los días fueran a la Capilla varios de ellos para tratar de salvar lo que aún quedaba. Y éstos hicieron el comentario de que “el gran tesoro de la Hermandad era el que estaba sepultado junto a la ventana”, por los restos de Fray Sebastián de Jesús Sillero.
        Pero este comentario fue escuchado por los franceses, que estaban esperando el momento oportuno para escavar la Capilla y ver cuál era el tesoro.  Pero las pretensiones de los franceses también llegaron a oídos de los hermanos.  
       Se hicieron urgentemente las gestiones oportunas y el día 18 de junio de 1810, se exhumaron, con las debidas garantías, los restos de nuestro venerado Fray Sebastián y fueron trasladados a la Parroquia de San Clemente, Sagrario de la Catedral, para depositarlos provisionalmente en la Capilla de San Millán, hasta su depósito definitivo en la Santa Iglesia Catedral de nuestra ciudad.
        Así podemos decir que después de terminar Fray Sebastián su labor entre los mortales, fueron algo más de 65 años lo que sus restos estuvieron depositados en la Capilla, bajo el amparo de nuestro milagroso Crucificado de la Santa Vera Cruz.

En Sevilla a 3 de Julio de 2018

Antonio López González

jueves, 23 de noviembre de 2017

VISITA AL PUEBLO NATAL DE NUESTRO QUERIDO FRAY SEBASTIÁN

El pasado 21 de octubre tuvo lugar una conferencia-coloquio en Montalbán, el pueblo natal de Fray Sebastián, organizada por la parroquia de Santa María de Gracia, en la que tuve el honor de divulgar los aspectos más relevantes de su biografía así como de los milagros que hizo nuestro Venerable Siervo de Dios y de su proceso de beatificación.
A continuación os trasladamos parte de la conferencia que allí ofrecí, especialmente la relativa a los milagros y al proceso de beatificación. Así como os enlazamos las cartas enviadas al Papa y al Rey y la contestación de éste último.


MILAGROS DE FRAY SEBASTIAN

Fray Sebastián era una persona humilde, cordial, que hablando a los demás apaciguaba los corazones. Transmitía tranquilidad y sosiego.    El tiempo      que le sobraba de sus obligaciones en el convento, lo dedicaba a atender a los fieles y necesitados,  y también atendía a los presos de la Cárcel Real.
Y además se dedicaba a hacer cruces pequeñas con las ramas de un gran laurel que había en el convento. Y con estas cruces, en muchas ocasiones, asistía a quien le necesitaba y también con ellas curaba a los enfermos.
Normalmente se le veía por las calles de Sevilla, con su talega al hombro, pidiendo limosna y también dado, acercándose muchos pobres que él los remediaba sacando un pan de la talega para entregarlo al pobre, pero hasta él mismo se sorprendía, pues al haber dado los que llevaba, al meter nuevamente la mano había otro pan para remediar al necesitado, y así muchas veces más,  por eso se le representa con su talega al hombro, asistiendo a los necesitados.
Pero sobre todo se dedicaba a la oración y a la penitencia, premiándolo Dios con los siguientes Dones sobrenaturales:
LEVITACIÓN, cuando se dedicaba a la oración, hasta límites que llamaba la atención de los demás hermanos, cuando lo veían levitar en su celda, en el coro, en la iglesia….
TRASLACIÓN, se desplazaba de un sitio a otro rápidamente.
Nadie sabía cómo podía ir y volver en tan poco tiempo
Se dio el caso de que un señor fue con su carruaje al convento para rogarle que fuera a su casa a ver a su mujer, que padecía fuertes dolores. Fray Sebastián le indicó que se fuera, que ya él iría para allá.  El señor se fue rápidamente a su casa y cuando llegó a ella, ya hacía rato que había llegado Fray Sebastián
NO SE MOJABA, andaba bajo la lluvia sin mojarse, siempre tenía el hábito seco.
ADIVINANZA, Sabía los pensamientos de las personas, sin preguntar.
Se presentaba en las casas y solucionaba los problemas antes de que fueran más graves y nadie le había avisado.
Un día que iba por la calle, al cruzarse con un hombre se arrodilló en reverencia al Stmo. Sacramento y efectivamente, el hombre llevaba bajo sus ropas un copón con las Sagradas Formas que acababa de robar en una iglesia.
PROFECÍA, Predijo en numerosas ocasiones a los padres, que su hijo tal llegaría a ser sacerdote, cosa que siempre se cumplía.
Vaticinaba tanto lo bueno como lo malo, pues también se atrevía a comunicar las fechas de fallecimiento.
Al rey Carlos III, cuando era infante residiendo en Sevilla con su padre Felipe V, le vaticinó que llegaría el día en que sería coronado Rey de España, cosa no probable pues tenía dos hermanos antes por línea de sucesión. Y se cumplió llegando a ser Rey de España.
Pero la profecía más conocida sucedió en 1734, año de gran sequía y pidieron consejo a Fray Sebastián. Y fue el caso que cuando entró Felipe V en Sevilla con su séquito, para que pudieran pasar, se quitó la Cruz de la Cerrajería que estaba en medio de la calle Sierpes y se puso a la entrada del convento de las mínimas y allí se quedó sin reponerse en su sitio.  Fray Sebastián dijo que hasta que no se repusiera la Cruz en su sitio no llovería. Y fue así, pues cuando fueron a trasladarla de nuevo a su sitio, calló un gran aguacero, y también en los siguientes días, remediándose la sequía.

MILAGROS GENERALES
Son  muchos los milagros testificados, tanto en Sanlúcar, Ronda, Lepe, Sevilla, y entre ellos están:
EL PALO DE SANLÚCAR
Cuando estaba en el convento de Sanlúcar de Barrameda, había obra en la iglesia y necesitaban una gran viga de madera y al no poderla comprar los frailes fue Fray Sebastián a pedírsela al aserrador. Éste le dijo que se la daba si se la llevaba él en ese momento. Mofándose pues sabía que por su peso, se necesitaban varias personas.  Entonces Fray Sebastián se la echó al hombro y la llevó al convento seguido del aserrador y de los curiosos que había por el camino.

HUEVOS ROTOS.
Se encontró un día Fray Sebastián en la plaza de la Pescadería de Sevilla, a un muchacho sentado en el suelo llorando, porque al llevar un canasto de huevos, se le cayó rompiéndose todos. Entonces Fray Sebastián lo consoló y le dijo que los huevos no estaban rotos, recogiéndolos el muchacho uno a uno y todos estaban enteros.

TEMPESTAD DE CARLOS III
Cuando El Infante Carlos de Borbón se embarcó con dirección a Italia, llevaba una cruz de Fray Sebastián, que le dio antes de partir diciéndole “puede suceder que ocurra alguna borrasca en el mar, y en este caso cesará arrojando esta crucecita al agua”. Y fue el caso que en medio del mar se levantó una gran borrasca, pero por  no perder la cruz no la arrojó al mar, sin embargo igualmente amainó de repente la borrasca.

CURACIÓN DE LA INFANTA MARÍA LUISA
También sucedió que estando en Nápoles con su hermana la Infanta María Luisa, fue afectada ésta por una grave enfermedad, entonces él sumergió la cruz de Fray Sebastián en un vaso de agua y se la dio de beber a la enferma. Desde aquel mismo instante empezó a aliviarse, recuperando totalmente la salud.

CURACIÓN DE DON FRANCISCO JOSE DOMINGO DE OLAZAVAL
Cuando tenía dos años le entraron unas calenturas tan fuertes, que los médicos pronosticaron su próxima muerte. Fue a visitarle Fray Sebastián y quedándose solo con el niño, salió del dormitorio a los pocos momentos, quedando la familia asombrada al ver al niño sentado en la cama sin fiebre y totalmente recuperado.  Con los años llegó a ser Deán y Canónigo de la Santa Metropolitana Catedral de Sevilla.

CURACIÓN DE DON BENITO MONTENEGRO
Estando este señor desahuciado por los facultativos y en los últimos momentos de su vida, entró Fray Sebastián a visitarle y poniéndose a rezar junto a él, le dijo: “Hermano, gracias a Dios, mañana estará mejorado”.
Al día siguiente se levantó totalmente curado, con gran asombro del médico Alonso de la Coz, que testificó que solo un santo podía obrar tal maravilla.

CURACIONES VARIAS
Además, existen en el proceso muchas más curaciones debidamente testificadas y probadas…  

RESURRECCIONES.
También realizó varias resurrecciones, se tienen atestiguadas concretamente tres que son:

TERESA LÓPEZ, de Sevilla, cuidaba a una niña de un año, pero estaba ésta tan delicada y enfermiza que al mismo médico se le murió en los brazos.  A las dos horas, con la niña ya amortajada, llegó Fray Sebastián a su casa a pedir limosna.  Le hicieron pasar y viendo la cara de la niña le dio mucha pena.  Entonces dijo que estaba dormida y dijo a la niña “oye, oye, despierta ya”, y la niña abrió los ojos y quedó completamente sana.

JOSÉ CANO VILLAVICENCIO. Vecino de Sevilla, tenía un hijo que acababa de fallecer de una enfermedad.  A las tres horas se presentó Fray Sebastián en la casa y levantándole el lienzo de la mortaja el niño abrió los ojos y se recuperó perfectamente.

BERNARDA DE ZAMORA, también vecina de Sevilla, dio a luz a un niño, pero nació con tal debilidad que a las pocas horas murió.  Avisado Fray Sebastián, se presentó en la casa y cogiendo al niño lo puso bajo su hábito y lo llevó a la iglesia seguido de familiares y muchos curiosos.  Allí sacó al niño del hábito y revivió a la vista de todos.  Lo bautizó y otra vez entre las telas del hábito lo llevó a su madre.

MILAGROS DESPUÉS DE SU FALLECIMIENTO
Una vez fallecido siguieron los milagros que hacía Dios por intercesión de Fray Sebastián, siendo algunos.

JUANA LEÑERO, lactaba a una hija suya, sufriendo agudos dolores en su pecho.  El día del fallecimiento de Fray Sebastián, se dirigió al convento y consiguió con unas hojas de flores aromáticas tocar su cuerpo.  Cuando llegó a su casa se las puso en el pecho y se le quitaron todos los dolores.

JUAN DE ARTEAGA, cirujano de Sevilla, asistió a Fray Sebastián durante su enfermedad y le practicó lo que se llamaba una sangría. Movido por su fama de santidad, mojó en la sangre del Venerable dos lienzos que guardó con cuidado. Al día siguiente un lienzo estaba totalmente teñido de sangre y en el otro se había tamizado formando tres copones rodeado de una circunferencia de quince rosas.
Este prodigio se divulgó por toda la ciudad y muchos solicitaron el lienzo para conseguir alguna gracia.
Entre ellas, una señora que tenía una hija enferma y desahuciada por los médicos, le aplicó el lienzo y obtuvo una curación completa e instantánea.
También sanó un señor que padecía enajenación mental y otro afligido por un tumor peligroso.

APARICIONES y CURACIONES DE FRAY SEBASTIÁN

Las apariciones de Fray Sebastián después de su fallecimiento a muchas personas de varias clases y categorías son prodigios totalmente acreditados.

La primera fue a su hermana MARIA DE LA CONCEPCION SILLERO, que quedó en estaxis y al recuperarse dijo: “Mi hermano ha muerto y vino a despedirse de mí”  Estaba en la ciudad de Écija y a los pocos días cuando llegó la noticia desde Sevilla, comprobaron que fue el  mismo día.

A las seis horas del fallecimiento se apareció a MARIA GONZALEZ, que estaba muy enferma y dándole un panecillo se marchó seguidamente. La señora sanó totalmente.

A JUAN CAMACHO VELAZQUEZ, de la villa de Manzanilla, que se encontraba con heridas en una pierna, que no podía andar y estaba deseoso de ir a Sevilla para que lo viera Fray Sebastián.  Enterándose que había fallecido, a los pocos días se le apareció, le dio un ungüento en la pierna y al día siguiente estaba totalmente curado y andando sin ni siquiera tener cicatrices.

También se apareció a D. LUIS ARTEAGA, SU MUJER Y A MANUEL DE SEVILLA, Notario de la ciudad, que dieron testimonio de la aparición.

ANTONIA DE LEDESMA, MUJER DE PEDRO PALOMERO, guarda-joyas de Carlos III, estaba enferma con un gran reuma que la impedía hasta alimentarse.  Su marido adquirió uno de los retratos que se hicieron de Fray Sebastián después de su fallecimiento, se lo aplicó a la enferma y sanó al punto completamente.

JOSEFA DE UGUES, devota de Fray Sebastián tenía un hijo que estaba bastante mal a causa de una gran insolación, por la noche la madre aplicó una estampa de Fray Sebastián al hijo y éste se levantó al día siguiente completamente sano.


Y hay muchos más testimonios de personas que con graves dolencias, al encomendarse a Fray Sebastián o aplicando a los padecimientos alguna estampa o reliquia, sanaron completamente.

Pero para finalizar esta relación de milagros, es necesario hacer mención al realizado a finales de noviembre de 1788 a la señorita Silvia Frontoni en la misma Roma.  Esta señorita estaba afectada por una parálisis declarada por cinco médicos que la habían tratado sin conseguir mejora alguna. Y ella, encomendándose a Fray Sebastián a través de una estampa, sanó instantáneamente.
El caso fue llevado de inmediato al proceso, reconociéndola otros médicos y ocupándose tres obispos de tomar las declaraciones a los testigos.



PROCESO DE BEATIFICACION

Al poco de su fallecimiento se empieza a gestionar todo el proceso de beatificación.
Se encarga una biografía, pero al no gustar, se encarga otra.
En 1771 S.M. Carlos III, viendo el retraso en comenzar, escribe una carta al Cardenal don Francisco de Solís Folch de Cardona, quién inicia el proceso ese mismo año, pidiendo que quien tuviera una carta, reliquia u otra cosa de Fray Sebastián, que fuera al Palacio Arzobispal para atestiguar.
Pero como no iba nadie, porque todos querían conservar la reliquia de Fray Sebastián, tuvo que ejecutar un edicto con pena de excomunión a los que se quedaran dichas cosas.
Entonces empezaron a presentar las cartas y reliquias y a dar testimonio de Fray Sebastián.
Se documentó también su fama de santidad en vida, muerte ejemplar y fama póstuma de la santidad.
También se documentó los milagros, así como sus apariciones después de su fallecimiento.
Tres años se tardaron en reunir todas las piezas oportunas, que se enviaron a Roma para que fueran examinadas por la Congregación de Ritos.
Por edicto del 19 de junio de 1775 el Papa Pio VI, una vez vista toda la documentación enviada desde Sevilla, autoriza proponer y discutir el Dubio o cuestión de introducción de la causa, poniendo a discusión la siguiente cuestión: 
¿Está comprobada la validez y excelencia de los procesos apostólicos instruidos sobre la fama de santidad, virtudes y milagros “in genere” del venerable Siervo de Dios F. Sebastián de Jesús Sillero, en el caso y para los efectos de que se trata?
La Sagrada Congregación de Ritos, resolvió AFIRMATIVAMENTE el 27 de Enero de 1778, ratificando esta resolución SS Pío VI el 11 de Febrero de 1778.
Después se pasó a estudiar todos los escritos de Fray Sebastián, llegándose a la conclusión de que no había en ellos nada digno de censura por los teólogos de las comisiones, resolviendo la Sagrada Congregación de Ritos que se podía pasar a la siguiente sesión, siendo esto ratificado por decreto de SS el 4 de agosto de 1779.
Se pasó posteriormente al estudio y análisis sobre virtudes y milagros “in specie” del Siervo de Dios Fray Sebastián.  
Siete años se tardó en este apartado y sesenta y siete testigos fueron examinados, siendo todos positivos.
Se pasó después al siguiente Dubio:
¿Consta la validez de los procesos instruidos, ya por la autoridad apostólica, ya por la ordinaria, sobre si los testigos han sido examinados en toda escrupulosidad y con arreglo a derecho, y si han sido legítimamente compulsados los monumentos aducidos para el caso y efecto de que se trata?
La Sagrada Congregación de Ritos resolvió afirmativamente, siendo ratificado por SS Pío VI en 24 de septiembre de 1785.

Para la conclusión final del proceso, solo faltaba la celebración de la sesión antipreparatoria, que es en la que aprueban y declaran las virtudes en grado heroico, la preparatoria en que se aprueban y declaran los milagros, y la general a la que concurre Su Santidad, y en la que se hace la declaración solemne de la beatitud del siervo de Dios.
Estoy de acuerdo con lo que indica el biógrafo León Carbonero, de que las dos sesiones primeras se habían celebrado ya, pues la refiere el embajador de España en Roma Don Manuel de Mendizábal en unas cartas de 1789 y 1790 a Fray Tomás Delgado, prior de la Casa Grande de San Francisco en Sevilla, pero no se encuentran los decretos verificándolos, aunque tienen que estar en los legajos del proceso en el Vaticano.
Como indica el biógrafo textualmente:
“De todos modos no vacilamos en afirmar que la causa de beatificación del Siervo de Dios está plenamente instruida y solemnemente conclusa, faltando solo la celebración de la sesión general, que es la que SS pronuncia el decreto solemne de beatificación llamado “tuto” por la fórmula:
“Tuto procedi posse ad beatificationem”.

¿CUALES FUERON LAS CAUSAS PARA QUE NO SE CELEBRARA ESTA SESIÓN GENERAL?
Una razón que indican algunos es el fallecimiento del Rey Carlos III en diciembre de 1788.  Fue el principal valedor de Fray Sebastián, pues había sido su amigo y confidente. Sin embargo posteriormente se habían realizado las sesiones en las que se aprobaron las virtudes heroicas y también en las que se probaron los milagros.
Creo que la principal causa fue que al iniciarse la Revolución Francesa en 1789, con su ideas anticlericales y las desamortizaciones de los bienes de la iglesia y la persecución de los sacerdotes y frailes, no era momento propicio para beatificaciones, máxime cuando en 1792 invade Napoleón Italia y el 15/02/1978 entra en Roma apresando a SS Pío VI (que contaba entonces 81 años), llevándoselo prisionero a Valence, donde muere cautivo el 29 de agosto de 1799.

Una vez restituido el orden jerárquico y vencido Napoleón, todo el proceso de Fray Sebastián quedó en el más absoluto olvido.  Descansará en los archivos del Vaticano, aunque en los “FONDOS RESERVADOS”, para que no los pueda examinar nadie sin autorización expresa.
En Sevilla, existe una copia de parte del proceso y que con autorización expresa del Cardenal emérito de la archidiócesis, Fray Carlos Amigo Vallejo, pude examinar.
Ahora, la única puerta es Roma, conseguir ver allí el original del proceso y atestiguar donde se quedó.
Para terminar, sólo quiero haceros partícipes de las dos gestiones que se han realizado últimamente referente al proceso.
Primero. La carta al Rey y su contestación.
Segundo.  La carta al Papa.

SIGAMOS REZÁNDOLE CADA UNO EN PRIVADO A FRAY SEBASTIÁN, PORQUE

SEGURO QUE MUY PRONTO PODREMOS REZARLE EN LOS ALTARES.












martes, 15 de marzo de 2016

Curioso edicto de excomuniónen SOBRE el proceso de beatificación de Fray Sebastián de Jesús Sillero



Fray Sebastián en vida, escribió múltiples cartas dando consejo espiritual a muchas personas, así como dejó de su puño y letra su propio testamento y además un pequeño librito con sus reflexiones espirituales, que hoy en día se encuentran en el archivo reservado de nuestro Palacio Arzobispal, donde he tenido la fortuna de estudiarlos.

Cuando falleció todos esos documentos se convirtieron en reliquias de un valor inestimable. Nadie quería deshacerse de sus escritos.  Hasta nuestro rey Carlos III conservaba una carta de Fray Sebastián, que siempre llevaba encima y no quería separarse de ella, hasta tal punto que cuando tuvo que dejarla unos días para que le hicieran copia a fin de presentarla en la causa de beatificación, estuvo sin salir de su palacio varios días hasta que no se la devolvieron.

Y así todos los que tenían algo de él, desde botones, pañuelos, trocitos de su hábito, etc.  Nadie quería desprenderse de ellos.

En el proceso de beatificación, el Cardenal Solís nombró especialmente para las diligencias de Información, al lector de Teología del Colegio de San Buenaventura, Fray Tomás Delgado, para que recogiese los testimonios escritos que había dejado Fray Sebastián.  Pero nadie quería entregarlos.  Todos querían conservar su reliquia del hermanito Sebastián.

Tanto es así, que tras pasar un tiempo no se halló documentación alguna de su mano.  Entonces al ser requerido Fray Tomás por el Cardenal Solís y no tener resultados positivos, el primero le expuso los motivos y solicitó del Cardenal una solución.

El Cardenal Solís, promulgó un edicto, datado el 8 de julio de 1771, por el que manda en “virtud de Santa Obediencia, pena de Excomunión mayor… a todas y a cada una de las Personas que retienen dicho escrito a modo de Testamento, que dexó el dicho Siervo de Dios, y un Librito escrito de su propia mano sobre diferentes asuntos; como asimismo muchas Cartas, que dirigió a varias Personas, u otros cualquiera Papeles manuscritos, que se digan de dicho Siervo de Dios, para que dentro de sesenta días… los traigan y exhiban ante Nos….”


El edicto de excomunión mayor promulgado por el Cardenal Solís dio resultado.

A los pocos días, los devotos comenzaron a presentar los manuscritos que tenían de Fray Sebastián en el Palacio Arzobispal.

Al final, de todos los documentos presentados, se unieron al proceso de beatificación 49 y (los demás, que eran muchos), aunque había muchos más, los que sobraron, se quedaron en poder de Fray Tomás Delgado, por si más adelante interesaba presentarlos en el proceso. 

 Antonio López González



sábado, 12 de marzo de 2016

Iconografía del V.S.D. Fray Sebastián de Jesús Sillero
        
Habiéndome puesto en la tarea de reunir en un estudio toda la iconografía sobre Fray Sebastián y partiendo del breve resumen que sobre este tema realizó Mª Teresa Ruiz Barrera en los cursos sobre “El franciscanismo en Andalucía”, solo he podido reunir diez retratos del Venerable, aunque debieron ser muchos más los realizados.

El primero lo encontramos en el Archivo Municipal de Sevilla, en la sección del Conde del Águila y parece realizada  por el grabador cordobés Nicolás Carrasco.

En ella se muestra a Fray Sebastián ofreciéndole una pieza de pan a un niño harapiento, que levanta la vista al rostro del Venerable.

En la parte inferior figura la siguiente inscripción:
“Verdadero Retrato del Venerable Siervo de Dios Fray Sebastián de Jesús, Religioso Lego de la Observancia de Nuestro Seráfico Padre San Francisco. Natural de Montalbán, murió en Sevilla en 15 de Octubre de 1734, a los 73 años de su Edad y de religión 50”





A Fray Sebastián le hicieron un retrato en vida y cuando falleció le sacaron un vaciado del rostro, pero ninguno de los dos han llegado a nuestros días.

Sí sabemos que Gregorio Ferro pintó a Fray Sebastián, casi cuarenta años después de fallecido, pero teniendo presente el retrato que se le hizo en vida y el vaciado después de muerto.  Y de esta pintura se sacó el grabado que realizó Manuel Salvador Carmona en Madrid el año de 1782 y que sí se conserva el grabado. Es la famosa estampa que se hizo a expensas del Rey Carlos III. 

Figura con la siguiente inscripción:   
“Venerable Fray Sebastián de Jesús Sillero, Religioso Lego de la Regular Observancia de San Francisco.  Nació en Montalbán, diócesis de Córdoba a 22 de Enero de 1665.  Murió en Sevilla a 15 de Octubre de 1734.   Pintado por Don Gregorio Ferro, teniendo presente un retrato que se hizo en vida del Venerable y un vaciado que se sacó después de su muerte.  Grabado por Don Manuel Salvador Carmona en Madrid año 1782”
  


El siguiente es un grabado realizado en 1779 por FRANCISCO GORDILLO y conservado en el Archivo General de Simancas. 

Figura la siguiente inscripción:
“Verdadero retrato del Venerable Siervo de Dios Fray Sebastián de Jesús Lego Observante de Nuestro Seráfico Padre San Francisco. Nación en Montalbán a 22 de Enero de 1665 y murió en Sevilla a 15 de Octubre de 1734”




Luego tenemos otro grabado guardado en la Biblioteca Nacional, ANONIMO y del que no sabemos más datos ni de donde proviene.

Figura la siguientes inscripción: 
“Esfigie del Venerable Siervo de Dios Fray Sebastián de Jesús, natural de Montalbán.  Murió a 16 de Octubre de 1734 a los 73 años de su edad y de Religión 60”




Después existe otro grabado realizado por JOSE BRAULIO AMAT, en el tercer cuarto del siglo XVIII y que se conserva en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Archivo Antonio Correa sobre Calcografía Nacional, caja 61.   Se utilizó este grabado para ilustrar la biografía que sobre Fray Sebastián escribió León Carbonero y Sol. 

En el grabado figura la inscripción:
“Verdadero Retrato del Venerable Siervo de Dios Fray Sebastián de Jesús.  Nació en Montalbán año 1665.  Murió a 15 de Octubre de 1734 en la Casa Grande de San Francisco de Sevilla a los 60 de Religión de cuya beatificación se trata y están aprobados sus escritos.



En la web “la hornacina.com”, en la sección de curiosidades, existe un artículo con fecha 4 de febrero de 2007, en la que se estudia como un altorelieve existente en el Museo de las Bellas Artes de Huelva , original del escultor sevillano Cristóbal Ramos, realizado en el último cuarto del siglo XVIII, que se tenía como San Diego de Alcalá, según las últimas investigaciones, parece ser que en vez de este Santo, se trata del Venerable Siervo de Dios Fray Sebastián de Jesús Sillero, fallecido unas décadas antes de la realización del altorrelieve.
  
Yo también corroboro también esta tesis, pues como expongo al final, el fraile representado tiene todas las características físicas de Fray Sebastián.

Tal como se indica en la citada web La Hornacina:
El altorrelieve está realizado en terracota patinada sobre un fondo de madera, con unas medidas de 76 x 53 cm.   Muestra el gran virtuosismo de Cristóbal Ramos a la hora de trabajar el barro, tanto en las candorosas figuritas de los vagabundos, uno montado encima del ogro, como en la venerable ancianidad del piadoso franciscano, que saca una hogaza de pan para alimentar a los indigentes”




En el convento franciscano de San Buenaventura de Sevilla, entrando  en la sacristía a la izquierda, vemos un cuadro que siempre se ha tenido por una representación de Fray Sebastián.

Se trata de una pintura al óleo sobre lienzo y parece datar de las últimas décadas del siglo XVIII.  Seguramente se trataría de un retrato del Venerable que se encontraba en la Casa Grande de San Francisco y al derribarse ésta, pasó al de San Buenaventura con otras obras de las que se tiene constancia. 

No se sabe más sobre este cuadro.




Curiosamente, por los años sesenta del siglo XX, los frailes franciscanos de San Buenaventura, editaron una estampa con la oración a Fray Sebastián para uso privado, figurando en la misma el retrato de este cuadro, incluyendo la siguiente leyenda:

“El Venerable Siervo de Dios FRAY SEBASTIAN DE JESUS SILLERO.  Donde está el retrato de Fray Sebastián, dicen que no habrá nunca falta de pan.”




También traemos a este estudio un lienzo del fines del siglo XVIII, ANONIMO, que se encontraba en el monasterio franciscano de Nuestra Señora de Loreto, en Espartinas (Sevilla). 

Según me comunicó buen amigo Fray Joaquín Pacheco (OFM), el cuadro fue robado del Monasterio, no llegando a aparecer.

Traemos hasta aquí una fotografía editada  en las actas del VII y VIII curso sobre el franciscanismo en Andalucía, correspondiente al estudio que realizó sobre Fray Sebastián la profesora doña María Teresa Ruiz Barrera, que indicamos al comienzo.

Se trataba de un lienzo, pero no tengo más datos ni he podido conseguir más fotos del mismo.





Cuando ya estaba casi terminando este pequeño estudio, se puso en contacto conmigo un señor indicando que en su colección particular poseía un libro, manuscrito en latín, que en el revés de la primera página incluía un grabado de Fray Sebastián. 

He tratado de traducir las tres páginas que me ha enviado, pero me ha sido imposible, pues la caligrafía es débil y menuda, siendo muy difícil de leer.

Lo único que he podido traducir son los enunciados de la primera página escrita, siendo el primer enunciado: “controvertia prima in librum secundum phisicorum”   (contradicción con el primer libro de física).

El grabado tiene abajo la siguiente inscripción:
“Verdadero retrato del Venerable Fray Sebastián de Jesús, religioso lego de la Observancia del Seráfico Padre San Francisco, natural de Montalbán: murió en Sevilla a 15 de Octubre de 1734 años, a los 73 de su edad y 50 de religioso”





Por último, está el cuadro que realicé yo personalmente en el 2012. 

Su finalidad era ser colocado en la Capilla de la Hermandad de la Santa Vera Cruz de Sevilla, pero al encontrar oposición a que fuera colocado allí, decidí conservarlo de momento en mi propia casa.
Está realizado al óleo sobre tabla, con las medidas de 81x61.   El dibujo está sacado de la estampa realizada por Manuel Salvador Carmona, pues creo que puede ser el más fidedigno, ya que se grabó, según he comentado antes,  copiando otra pintura realizada por Gregorio Ferro, teniendo presente un retrato realizado en vida el Venerable y el vaciado que le sacó a su muerte.  Es el segundo grabado que figura en el presente estudio.

En la parte inferior figura la siguiente leyenda junto al escudo de la orden franciscana:
“Venerable Siervo de Dios Fray Sebastián de Jesús Sillero (1665-1734) de la Orden de Nuestro Seráfico Padre San Francisco y hermano de la Santísima Vera Cruz de Sevilla. Falleció en olor de santidad. Se ruega una oración por su causa.”




A modo de conclusión, sin examinamos todas las ilustraciones, lo encontramos siempre vestido a la usanza de los legos en la orden de San Francisco, con aspecto de fraile limosnero, con una alforja blanca colgada sobre su hombro izquierdo, extendiendo su  mano derecha, en la que sostiene una pieza de pan, en actitud de ofrecerla a algún necesitado, como prueba de su caridad.

Sus facciones, también siempre las mismas, nariz aguileña, barbilla prominente, reflejando en el rostro su gran bondad.

Esto es todo lo que he podido reunir acerca de la iconografía de Fray Sebastián.  Sin duda, se habrán realizado más cuadros y grabados de él, pero estarán en el olvido, guardados en un cajón, una biblioteca o colgados de alguna pared, sin que le llame la atención a las personas que pasen a su vera.
 
O quizás no, quizás esté la estampa en el devocionario del devoto que le reza a diario o colgado en la estancia principal de la casa, presidiendo, donde sus moradores se acercan a diario, besan su mano y se encomiendan a él, para que los proteja de los avatares diarios de la vida.

Sevilla a 10 de marzo de 2016
Antonio López González